"LA EXACTITUD DE LA MATERIA HERIDA POR LA LUZ" - Gloria López & Mikha-ez

02 octubre 201529 octubre 2015

Comisario: Fernando Castro Flórez

Punto de partida

La exactitud de la materia herida por la luz surge del encuentro -fortuito- y la insistencia por crear un dialogo "de imágenes" en torno a una idea que se ha venido repitiendo en las sucesivas conversaciones mantenidas por ambos artistas: la luz como materia tangible.

Atraídos por la idea del empleo de la luz como material artístico, se estable una clara conexión de contrarios en ambas formas de plantear sus praxis y metodologías en el proceso constituyente de la obra.

Las piezas de Mikha-ez, por lo general, generan un efecto de reflexión, proyectan la luz, mientras que en los grabados de Gloria López, la luz es la que dibuja, la que rasga la superficie para generar finalmente la imagen, siguiendo el proceso técnico de fotograbado. En ambos procesos la luz es la protagonista, la que se emite y se absorbe, la que se reflecta y revela finalmente el imaginario. Se trata de la luz y de la “obsesión” por contenerla, fijarla, reproducirla y hacerla corpórea en última instancia.

Punto de inflexión

"De ahora en adelante el elemento fundamental de estas nuevas tecnologías no será nunca más la habilidad de la mano, sino la exactitud de la materia herida por la luz", decía Guilles Multigner.

Ambos proyectos surgen -de la necesidad- de la observación analítica y científica de la luz. Tanto en los diagramas de la óptica desarrollados por Isaac Newton en el siglo XVIII, como en los estudios botánicos del siglo XIX de la inglesa Anna Atkins, existe una fijación por descubrir la exactitud de lo tangible e intangible. Si buscamos la definición de botánica observamos que reúne las siguientes acciones: descripción, clasificación, distribución, identificación, fisiología, morfología, relaciones con los otros seres vivos y efectos provocados sobre el medio en el que se encuentran. Del mismo modo, estas acciones responden al análisis que Newton realizó sobre cuestiones de óptica, las relaciones recíprocas de la luz con la naturaleza. Ambos emplean la precesión de la luz para grafiar "lo real" y definir, si es que puede hacerse, sus límites, hecho que nos conduce a la paradoja de la luz que alimenta la flor -el pétalo- y la luz que alimenta la imagen eléctrica.