Hay en las creaciones de Enric Bardera un principio de estética en su concepto y en su forma que les brinda la posibilidad de diferenciarse de los demás. Cada obra en nuestro artista está definida por su personalidad, su atractivo, su imagen, en definitiva…pura estética.
La obra de Enric Bardera utiliza recursos de la publicidad como arte, pero él los matiza con la experiencia de nuestra cultura, aunando estrategia de idea con el estímulo de nuestros sentidos. El espectador en un primer golpe de vista recorre y descubre cada rincón del plano donde reconoce formas y signos que le son generalmente familiares en su cultura o en su vida cotidiana. Pero no se trata sólo de una operación de reconocimiento. Hay que seguir entrelazando imágenes, soltar la imaginación, reflexionar, siendo el momento del mensaje, del proceso de su desciframiento y de la fascinación. La obra en Enric Bardera se presenta como un mensaje cifrado por el artista y con la garantía de que el espectador lo descifrará gracias al tácito ajuste entre emisor y receptor.
La evidente carga de humor y de ironía que encierran muchas de sus creaciones, son un reto también para el artista. En ocasiones, el espectador puede confundir las ideas porque hay demasiadas semejantes, y es por ello que nuestro artista diferencia claramente sus desafíos. También Bardera se deshace en plantear las ocupaciones y preocupaciones elementales del artista. Bardera no es más que un receptáculo de sensaciones y se empeña en plasmar con honra sus experiencias con el estudio de la luz, el color, la forma y la composición, siendo estos planteamientos un campo virgen en el que experimenta con éxito el uso de las nuevas tecnologías. Prueba de ello son los recientes reconocimientos que está obteniendo y que le han convertido en una especial y puntual referencia para el arte contemporáneo.
MinimARTket es un tributo al trasfondo del producto que, al margen de posibles situaciones políticas o sociales, conlleva horas de planificación y diseño por parte de muchos profesionales que, con su “arte” y muchas veces de forma anónima, trabajan para ofrecernos una imagen sugerente. Cada obra de esta exposición representa un moderno bodegón, donde la apariencia externa del producto, su envoltorio, hace que, en algunos casos con seriedad rigurosa y en otros con un punto de desenfado, nos sintamos atraidos por lo que representa.
Jesús Cámara