En su obra se reflexiona sobre los procesos constructores del individuo como cuerpo social, donde se recoge la articulación del sujeto en un entorno impreciso.
En él se ponen de manifiesto las oscilaciones que sufre la identidad del ser en un espacio complejo. La transfiguración de su identidad y la mutación del individuo hacen tambalear su figura, por lo que busca un lugar en el que encontrarse.
Espacios de la memoria, como el hogar y el espacio íntimo, muestran la singularidad de cada ser en la búsqueda de un autoreconocimiento a través de paisajes que vinculan la persona con su presente.
En estos paisajes encontramos los componentes que relacionan al individuo con su memoria, el hogar y su cuerpo, fragmentos que modelan la figura para situarse en un estado de reencuentro, de afinidad con su entorno, el individuo se asienta en un momento de consciencia como ser.